Carlos Sanjuan Sandonís, Nació en San Sebastián una tarde de primavera del siglo pasado. Desde pequeño siempre le despistaron dos cosas: la lluvia y contar historias. Al principio sólo escribía historias los días de lluvia. Más tarde sólo se las escribía a sus novias. Al hacerse mayor empezó a contárselas a sus hijos en el ascensor. Aún se las cuenta, llueva o no, viaje en el ascensor o en sus despistados sueños. Se las cuenta a ellos y a todos, también a su amigo Mikel, a quien le contó la historia de una extraña Ciudad Rosa una tarde de lluvia no lejos del Peine de las Vientos.
Trata de todo lo nocivo que puede ser no querer, o no saber, compartir con los demás felicidad, fortuna, privilegios. Y sobre los peligros que acechan a quienes se empeñan en ver el mundo con una única, y excluyente, mirada.